El cerebro adicto
Hasta hace algún tiempo la adicción era vista como un
problema moral. Con el correr del tiempo esta perspectiva ha ido
cambiando, identificándola como una
enfermedad de carácter crónico que se caracteriza por el uso compulsivo de una
sustancia, a pesar de los daños que esta pudiera tener y la conciencia del
adicto sobre los mismos.
De acuerdo con guerrero (2015) en la década de 1930
las personas adictas a las drogas y al alcohol se creía que tenían una
moralidad deficiente y carecían de fuerza de voluntad. Estas ideas moldearon
las respuestas de la sociedad al abuso de drogas. A raíz de la revolución
tecnológica nuevas herramientas favorecieron el entendimiento de dicho fenómeno.
La investigadora estadounidense Nora Volwok observo en imágenes cerebrales el
efecto de algunas drogas en el cerebro, entendiendo así la conducta adictiva.
La adicción es considerada una enfermedad neurológica porque algunas sustancias
psicoactivas producen una serie de cambios químicos, estructurales y
funcionales en el cerebro.
Efectos de
algunas sustancias
Nicotina. Estimulante que se encuentra en cigarros y otras formas de
tabaco. Es muy adictiva y al fumarse eleva el riesgo de cáncer, enfisema, trastornos
bronquiales y problemas cardiovasculares.
Alcohol. Su consumo puede dañar el cerebro y la mayoría de los
órganos. Las áreas cerebrales especialmente vulnerables a esta droga son la
corteza cerebral (funciones ejecutivas), el hipocampo (memoria y aprendizaje) y
el cerebelo (coordinación de movimientos).
Mariguana. Puede dañar la memoria
y el aprendizaje de corto plazo, la capacidad de concentración y la
coordinación. Aumenta el ritmo cardiaco y puede perjudicar los pulmones, así
como elevar el riesgo de desarrollar psicosis en personas vulnerables.
Inhalables. Sustancias volátiles que se encuentran en muchos productos
caseros, como pinturas, pegamentos y algunos aerosoles. Son extremadamente
tóxicos y pueden dañar el corazón, los riñones, los pulmones y el cerebro.
Cocaína. Estimulante que por la brevedad de sus efectos se suele
consumir varias veces en una sola sesión. Puede provocar graves consecuencias
médicas relacionadas con el corazón y los sistemas respiratorio, nervioso y
digestivo.
Fuente:
national institute on drug abuse
Enfermedad crónica
Según Rubén Baler
explica que la adicción es una enfermedad que empieza por etapas en la primera etapa las personas
utilizan sustancias para alcanzar la euforia que brindan, pero este consumo de
drogas se convierte muy rápido en enfermedad en quienes las utilizan en forma
crónica. El cerebro empieza a adaptarse a la sustancia y aparecen los primeros
signos de dependencia.Algunos signos
que sugieren adicción son:
- Consumir la droga de manera regular
- Imposibilidad de dejarla
- Gastar en droga más de lo que se tiene
- Extralimitarse para obtener droga (incluso robar)
- Sentir que se necesita la droga para funcionar cotidianamente
Algunas de las estructuras que se ven alteradas con el uso
de algunas drogas son el tallo cerebral, la corteza cerebral y la corteza
cerebral, estas cumplen funciones vitales para un funcionamiento normal. Cuando
se consume droga la comunicación cerebral se ve alterada, ya que esta
interfiere con el proceso normal de intercambio de información que se da en las
neuronas, mismas que se comunican a través de neurotransmisores: la neurona
libera el neurotransmisor a través de sus axones, los cuales entre axón y
axón forman un espacio llamado sinapsis
en los que los neurotransmisores son liberados y llegan al axón de la siguiente
neurona, y así sucesivamente entre los millones de neuronas que integran el
sistema nervioso.
En general la acción que ejercen es sobre los
neurotransmisores, ya sea imitando a los mismos, o estimulando liberación, en
consecuencia la comunicación interneuronal se ve alterada, generando un
funcionamiento deficiente. La mayoría de las drogas actúan sobre la dopamina la
cual está relacionada con la sensación de placer. Según como explica la doctora
medina mora (El cerebro
adicto, 2015)
"el cerebro está condicionado a
repetir conductas que permiten la supervivencia y las drogas actúan produciendo
una activación mucho mayor de la que ocurre en las situaciones naturales de
recompensa", es así que cuando la droga no está presente en el organismo
las sensaciones naturales de recompensa hacia situaciones cotidianas se ven
disminuidas, lo que conduce a sensaciones como la apatía y la depresión, lo
cual genera una falta de motivación de los diversos aspectos de la vida que en
general terminan por alterar de
diferentes maneras la vida del adicto. Neurológicamente cuando el cerebro
comienza a adaptarse a altos niveles de dopamina los adictos tienen que usar
cada vez más la droga de forma crónica, lo que genera tolerancia a la misma.
Una vez que el individuo se ubica en esta etapa la ausencia de la sustancia
genera el llamado síndrome de abstinencia, con
síntomas como ansiedad, irritabilidad, náuseas, insomnio, episodios de
sudoración, temblores y psicosis, y puede llevar a la muerte.
Biología y
ambiente
La
predisposición a la adicción como todo lo que influye en nuestra salud física y
mental tiene que ver también con aspectos biológico – ambientales, como lo
señala Baler (El cerebro
adicto, 2015)
"los factores genéticos más o menos
explican 40 o 60% del riesgo total. El resto son factores ambientales,
sociales, culturales, dietéticos. Todo tipo de factores que no entran en el
biológico", así como señala que la adicción no depende de algunos genes,
ya que argumenta que la manifestación depende igualmente tanto de los genes
como el ambiente. Así es que una persona es genética y biológicamente propensa
a la adicción, si en su ambiente no existen las condiciones para que la misma
se ponga de manifiesto, esta no aparecerá por más de que estas mismas estén
dadas.
Principales
factores de riesgo
Conducta agresiva temprana
Habilidades sociales deficientes
Ausencia de supervisión paterna
Compañeros/amigos que abusan de
sustancias
Disponibilidad de la droga
Pobreza …
Y de
protección
Autocontrol
Relaciones positivas
Supervisión y apoyo paterno
Información
Políticas contra el uso de drogas
Cohesión comunitaria
Fuente:
national institute on drug abuse
Dependencia física
Para que la dependencia física aparezca existen algunos
factores que se han de tomar en cuenta como:
- Lo adictiva que sea la droga
- Su disponibilidad
- Lo aceptable que lo considere la sociedad
La primera vez
que bebemos el efecto es fuerte. Luego crece la tolerancia y aunque mucha gente
controla su uso, ese control se pierde en los adictos.
La adolescencia,
un factor de riesgo
Según señala delgado (2007) la reciente
utilización de técnicas de resonancia magnética que ha proporcionado una
información muy interesante acerca de los cambios que tienen lugar en el
cerebro durante los años de la adolescencia.
Según explica la doctora
medina mora (El cerebro
adicto, 2015)
"la adolescencia es una época en la
que se están desarrollando todas las conexiones y exponer el cerebro a las
drogas a esa edad tiene consecuencias mucho más dañinas”, por tanto, los daños
que ocasiona la marihuana después de un consumo prolongado pueden ser
reversibles en personas que la han empezado a consumir en edad adulta, mientras
que en la adolescencia no hay evidencia de que lo sean cuando esta es
consumida. Evidencias señalan que quienes desarrollaron dependencia generalmente
empezaron a usar drogas dos años antes que aquellos que no la desarrollaron,
esto significa que los adolescentes no deben usar drogas.
En cuanto a la
marihuana medicinal según la doctora medina mora (El cerebro adicto, 2015) es un asunto que
confunde a los jóvenes, ya que si bien a lo largo de la historia los efectos y
daños que causa fueron exagerados esto es diferente a que realmente sea una
droga inocua. Asimismo es un error pensar que el hecho de que sea natural es
positivo, ya que otras sustancias como la heroína y el opio lo son, y no por
esa situación dejan de ser dañinos y perjudiciales en gran medida para la
salud.
Las erróneas suposiciones que sugieren que esta es una droga
inofensiva para el organismo influyen en la percepción que el adolescente tiene
de la misma, siendo atractiva para su consumo habitual, lo que posteriormente
lleva al abuso y a la dependencia psicológica, lo que repercute en una gran
variedad de ámbitos como lo son el familiar, social, académico y de salud
física y mental.
Adicción sin sustancia
Investigadores del Scripps Research
Institute de california ha encontrado en experimentos con animales que
los mecanismos cerebrales que aparecen en la compulsión a las drogas
también están presentes en la compulsión de comer y el desarrollo de la
obesidad. Esta similitud en la reacción hace pensar que igualmente como sucede
con las drogas, el sexo y el juego compulsivo podrían estar relacionadas con
alteraciones en el circuito dopaminergico.
Problemas mentales y
vulnerabilidad
Una de las poblaciones que está
en riesgo en lo que a adicción se trata son las personas que presentan algún
tipo de padecimiento mental como esquizofrenia o bipolaridad. De acuerdo con Baler
(El cerebro adicto, 2015) existe un gran
porcentaje de comorbilidad (presencia de dos trastornos simultáneamente).
Aproximadamente 60% de las personas con problema de abuso de sustancia tienen
también una enfermedad psiquiátrica.
Estudios sugieren daños ocasionados a la salud y una
relación aun poco clara entre el consumo de cannabis y la aparición de psicosis
en una edad más temprana; en cualquier caso el uso de cannabis es un factor que podría estar incidiendo de
forma negativa sobre la salud mental del adolescente, siendo un factor determinante
patologías mentales.
Según guerrero (2015) el uso de drogas como la mariguana en
edades tempranas aumenta el riesgo de depresión. Algo similar sucede con la
esquizofrenia, cuyo riesgo aumenta entre una y siete veces en quienes empezaron
a fumar mariguana antes de los 25 años.
Consecuencias conductuales,
familiares y sociales
Según explica Rubén Baler (El cerebro
adicto, 2015)
no solo afecta el circuito de la dependencia, sino que también altera funciones
como la memoria, control de emociones, toma de decisiones entre otros. Estos interactúan
entre si y muestran una disfunción en el adicto. Por esta razón se buscan enfoques de
tratamiento que permitan a las personas con adicción abandonar la sustancia,
pero al mismo tiempo que modifiquen, desde el aspecto bioquímico y conductual,
las causas que provocan y agravan su adicción.
Para guerrero (2015) lo mismo sucede con
los circuitos relacionados con la voluntad (memoria, emociones, toma de
decisiones). "cada uno de estos aspectos relacionados con las funciones
ejecutivas tiene que ser atacado de un modo distinto", dice Baler. Así,
algunos pueden recibir tratamiento con fármacos; otros requerirán terapias
cognitivo-conductuales o intervenciones motivacionales, entre otras terapias de
eficacia probada en las personas adictas y que también suelen combinarse con
fármacos.
Por tanto, el
tratamiento debe definirse según la persona, el tipo de sustancia, el ambiente
en que vive y sus recursos, internos y externos. No se intenta resolver
únicamente el problema bioquímico, sino considerar al individuo y su contexto:
su familia y su lugar de trabajo. La doctora medina mora señala que si entendemos que la
adicción es una enfermedad y que la recaída forma parte de ella, un tratamiento
exitoso no debe medirse sólo por la abstinencia, sino por la disminución de las
recaídas, así como de su gravedad y duración. "esto realmente mejora la
condición de salud y los periodos de abstinencia incrementan la esperanza de
vida".
El mejor
enfoque: la prevención
Baler señala (El cerebro adicto, 2015) que se debe
estimular un ambiente saludable, en el que las situaciones negativas como padres adictos, la pobreza
extrema, la mala nutrición, la falta de ejercicio, así como un ambiente que no
sea confiable para los chicos y, desde luego, un entorno de violencia sean
evitadas, así como tratar de promover y enaltecer lo que sabemos que es
positivo.
A su vez la
doctora medina mora se refiere a la limitación en la disponibilidad de las
drogas legales como un factor relevante en la prevención del consumo,
principalmente en poblaciones vulnerables como lo son los adolescentes. “al
documentar tanto la investigación que ha realizado la doctora Nora Volkow como
la que ha financiado el instituto nacional de psiquiatría se encontraron todos
los elementos que definen la adicción como una enfermedad tratable. Ahora la
política pública debe reunir esta evidencia científica, compartirla con la
población y convertirla en una convicción social.” (El cerebro adicto, 2015)
Bibliografía
delgado oliva, a. (2007).
Desarrollo cerebral y asunción de riesgos durante la adolescencia. Sevilla,
andalucia, españa.
Guerrero, m. V. (2015). El cerebro adicto. México.
1.- ¿Por qué
has elegido este tema?
Este tema es de
mi interés ya que al ser mi área la de psicología pretendo ir formándome en
temas relacionados con la misma, por lo cual la lectura “el cerebro adicto” fue
la de mi elección.
2.- ¿De dónde
partiste para empezar a escribir?
Primeramente
realice la lectura, posteriormente ya habiendo identificado los puntos
principales me dispuse a redactar los mismos de forma que la información se
sintetizaran y se explicaran de una manera fácil y sencilla los temas incluidos
en el texto. Al finalizar hice una última lectura para identificar fallas en la
redacción y puntos importantes.
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