miércoles, 10 de junio de 2015

El cerebro adicto
Hasta hace algún tiempo la adicción era vista como un problema moral. Con el correr del tiempo esta perspectiva ha ido cambiando,  identificándola como una enfermedad de carácter crónico que se caracteriza por el uso compulsivo de una sustancia, a pesar de los daños que esta pudiera tener y la conciencia del adicto sobre los mismos.
De acuerdo con guerrero (2015) en la década de 1930 las personas adictas a las drogas y al alcohol se creía que tenían una moralidad deficiente y carecían de fuerza de voluntad. Estas ideas moldearon las respuestas de la sociedad al abuso de drogas. A raíz de la revolución tecnológica nuevas herramientas favorecieron el entendimiento de dicho fenómeno. La investigadora estadounidense Nora Volwok observo en imágenes cerebrales el efecto de algunas drogas en el cerebro, entendiendo así la conducta adictiva. La adicción es considerada una enfermedad neurológica porque algunas sustancias psicoactivas producen una serie de cambios químicos, estructurales y funcionales en el cerebro.

Efectos de algunas sustancias
Nicotina. Estimulante que se encuentra en cigarros y otras formas de tabaco. Es muy adictiva y al fumarse eleva el riesgo de cáncer, enfisema, trastornos bronquiales y problemas cardiovasculares.
Alcohol. Su consumo puede dañar el cerebro y la mayoría de los órganos. Las áreas cerebrales especialmente vulnerables a esta droga son la corteza cerebral (funciones ejecutivas), el hipocampo (memoria y aprendizaje) y el cerebelo (coordinación de movimientos).
Mariguana. Puede dañar la memoria y el aprendizaje de corto plazo, la capacidad de concentración y la coordinación. Aumenta el ritmo cardiaco y puede perjudicar los pulmones, así como elevar el riesgo de desarrollar psicosis en personas vulnerables.
Inhalables. Sustancias volátiles que se encuentran en muchos productos caseros, como pinturas, pegamentos y algunos aerosoles. Son extremadamente tóxicos y pueden dañar el corazón, los riñones, los pulmones y el cerebro.
Cocaína. Estimulante que por la brevedad de sus efectos se suele consumir varias veces en una sola sesión. Puede provocar graves consecuencias médicas relacionadas con el corazón y los sistemas respiratorio, nervioso y digestivo.
Fuente: national institute on drug abuse

Enfermedad crónica
Según Rubén Baler explica que la adicción es una enfermedad que empieza por etapas  en la primera etapa las personas utilizan sustancias para alcanzar la euforia que brindan, pero este consumo de drogas se convierte muy rápido en enfermedad en quienes las utilizan en forma crónica. El cerebro empieza a adaptarse a la sustancia y aparecen los primeros signos de dependencia.Algunos signos que sugieren adicción son:
  • Consumir la droga de manera regular
  • Imposibilidad de dejarla
  • Gastar en droga más de lo que se tiene
  • Extralimitarse para obtener droga (incluso robar)
  • Sentir que se necesita la droga para funcionar cotidianamente


Algunas de las estructuras que se ven alteradas con el uso de algunas drogas son el tallo cerebral, la corteza cerebral y la corteza cerebral, estas cumplen funciones vitales para un funcionamiento normal. Cuando se consume droga la comunicación cerebral se ve alterada, ya que esta interfiere con el proceso normal de intercambio de información que se da en las neuronas, mismas que se comunican a través de neurotransmisores: la neurona libera el neurotransmisor a través de sus axones, los cuales entre axón y axón  forman un espacio llamado sinapsis en los que los neurotransmisores son liberados y llegan al axón de la siguiente neurona, y así sucesivamente entre los millones de neuronas que integran el sistema nervioso.
En general la acción que ejercen es sobre los neurotransmisores, ya sea imitando a los mismos, o estimulando liberación, en consecuencia la comunicación interneuronal se ve alterada, generando un funcionamiento deficiente. La mayoría de las drogas actúan sobre la dopamina la cual está relacionada con la sensación de placer. Según como explica la doctora medina mora (El cerebro adicto, 2015)  "el cerebro está condicionado a repetir conductas que permiten la supervivencia y las drogas actúan produciendo una activación mucho mayor de la que ocurre en las situaciones naturales de recompensa", es así que cuando la droga no está presente en el organismo las sensaciones naturales de recompensa hacia situaciones cotidianas se ven disminuidas, lo que conduce a sensaciones como la apatía y la depresión, lo cual genera una falta de motivación de los diversos aspectos de la vida que en general terminan por  alterar de diferentes maneras la vida del adicto. Neurológicamente cuando el cerebro comienza a adaptarse a altos niveles de dopamina los adictos tienen que usar cada vez más la droga de forma crónica, lo que genera tolerancia a la misma. Una vez que el individuo se ubica en esta etapa la ausencia de la sustancia genera  el llamado síndrome de abstinencia, con síntomas como ansiedad, irritabilidad, náuseas, insomnio, episodios de sudoración, temblores y psicosis, y puede llevar a la muerte.

Biología y ambiente
La predisposición a la adicción como todo lo que influye en nuestra salud física y mental tiene que ver también con aspectos biológico – ambientales, como lo señala Baler (El cerebro adicto, 2015)  "los factores genéticos más o menos explican 40 o 60% del riesgo total. El resto son factores ambientales, sociales, culturales, dietéticos. Todo tipo de factores que no entran en el biológico", así como señala que la adicción no depende de algunos genes, ya que argumenta que la manifestación depende igualmente tanto de los genes como el ambiente. Así es que una persona es genética y biológicamente propensa a la adicción, si en su ambiente no existen las condiciones para que la misma se ponga de manifiesto, esta no aparecerá por más de que estas mismas estén dadas.

Principales factores de riesgo
Conducta agresiva temprana
Habilidades sociales deficientes
Ausencia de supervisión paterna
Compañeros/amigos que abusan de sustancias
Disponibilidad de la droga
Pobreza …
Y de protección
Autocontrol
Relaciones positivas
Supervisión y apoyo paterno
Información
Políticas contra el uso de drogas
Cohesión comunitaria
Fuente: national institute on drug abuse

Dependencia física
Para que la dependencia física aparezca existen algunos factores que se han de tomar en cuenta como:
  • Lo adictiva que sea la droga
  • Su disponibilidad
  • Lo aceptable que lo considere la sociedad


La primera vez que bebemos el efecto es fuerte. Luego crece la tolerancia y aunque mucha gente controla su uso, ese control se pierde en los adictos.

La adolescencia, un factor de riesgo
Según señala delgado (2007) la reciente utilización de técnicas de resonancia magnética que ha proporcionado una información muy interesante acerca de los cambios que tienen lugar en el cerebro durante los años de la adolescencia.  Según explica la doctora medina mora (El cerebro adicto, 2015)  "la adolescencia es una época en la que se están desarrollando todas las conexiones y exponer el cerebro a las drogas a esa edad tiene consecuencias mucho más dañinas”, por tanto, los daños que ocasiona la marihuana después de un consumo prolongado pueden ser reversibles en personas que la han empezado a consumir en edad adulta, mientras que en la adolescencia no hay evidencia de que lo sean cuando esta es consumida. Evidencias señalan que quienes desarrollaron dependencia generalmente empezaron a usar drogas dos años antes que aquellos que no la desarrollaron, esto significa que los adolescentes no deben usar drogas.
En cuanto a la marihuana medicinal según la doctora medina mora (El cerebro adicto, 2015) es un asunto que confunde a los jóvenes, ya que si bien a lo largo de la historia los efectos y daños que causa fueron exagerados esto es diferente a que realmente sea una droga inocua. Asimismo es un error pensar que el hecho de que sea natural es positivo, ya que otras sustancias como la heroína y el opio lo son, y no por esa situación dejan de ser dañinos y perjudiciales en gran medida para la salud.
Las erróneas suposiciones que sugieren que esta es una droga inofensiva para el organismo influyen en la percepción que el adolescente tiene de la misma, siendo atractiva para su consumo habitual, lo que posteriormente lleva al abuso y a la dependencia psicológica, lo que repercute en una gran variedad de ámbitos como lo son el familiar, social, académico y de salud física y mental.
Adicción sin sustancia
Investigadores del Scripps Research Institute de california ha encontrado en experimentos con animales  que  los mecanismos cerebrales que aparecen en la compulsión a las drogas también están presentes en la compulsión de comer y el desarrollo de la obesidad. Esta similitud en la reacción hace pensar que igualmente como sucede con las drogas, el sexo y el juego compulsivo podrían estar relacionadas con alteraciones en el circuito dopaminergico.

Problemas mentales y vulnerabilidad
Una de las poblaciones que está en riesgo en lo que a adicción se trata son las personas que presentan algún tipo de padecimiento mental como esquizofrenia o bipolaridad. De acuerdo con Baler (El cerebro adicto, 2015) existe un gran porcentaje de comorbilidad (presencia de dos trastornos simultáneamente). Aproximadamente 60% de las personas con problema de abuso de sustancia tienen también una enfermedad psiquiátrica.
Estudios sugieren daños ocasionados a la salud y una relación aun poco clara entre el consumo de cannabis y la aparición de psicosis en una edad más temprana; en cualquier caso el uso de cannabis es  un factor que podría estar incidiendo de forma negativa sobre la salud mental del adolescente, siendo un factor determinante patologías mentales.
Según guerrero (2015) el uso de drogas como la mariguana en edades tempranas aumenta el riesgo de depresión. Algo similar sucede con la esquizofrenia, cuyo riesgo aumenta entre una y siete veces en quienes empezaron a fumar mariguana antes de los 25 años.

Consecuencias conductuales, familiares y sociales
Según explica Rubén Baler (El cerebro adicto, 2015) no solo afecta el circuito de la dependencia, sino que también altera funciones como la memoria, control de emociones, toma de decisiones entre otros. Estos interactúan entre si y muestran una disfunción en el adicto.  Por esta razón se buscan enfoques de tratamiento que permitan a las personas con adicción abandonar la sustancia, pero al mismo tiempo que modifiquen, desde el aspecto bioquímico y conductual, las causas que provocan y agravan su adicción.
Para guerrero (2015) lo mismo sucede con los circuitos relacionados con la voluntad (memoria, emociones, toma de decisiones). "cada uno de estos aspectos relacionados con las funciones ejecutivas tiene que ser atacado de un modo distinto", dice Baler. Así, algunos pueden recibir tratamiento con fármacos; otros requerirán terapias cognitivo-conductuales o intervenciones motivacionales, entre otras terapias de eficacia probada en las personas adictas y que también suelen combinarse con fármacos.
Por tanto, el tratamiento debe definirse según la persona, el tipo de sustancia, el ambiente en que vive y sus recursos, internos y externos. No se intenta resolver únicamente el problema bioquímico, sino considerar al individuo y su contexto: su familia y su lugar de trabajo.  La doctora medina mora señala que si entendemos que la adicción es una enfermedad y que la recaída forma parte de ella, un tratamiento exitoso no debe medirse sólo por la abstinencia, sino por la disminución de las recaídas, así como de su gravedad y duración. "esto realmente mejora la condición de salud y los periodos de abstinencia incrementan la esperanza de vida".

El mejor enfoque: la prevención
Baler señala (El cerebro adicto, 2015) que se debe estimular un ambiente saludable, en el que las situaciones  negativas como padres adictos, la pobreza extrema, la mala nutrición, la falta de ejercicio, así como un ambiente que no sea confiable para los chicos y, desde luego, un entorno de violencia sean evitadas, así como tratar de promover y enaltecer lo que sabemos que es positivo.
A su vez la doctora medina mora se refiere a la limitación en la disponibilidad de las drogas legales como un factor relevante en la prevención del consumo, principalmente en poblaciones vulnerables como lo son los adolescentes. “al documentar tanto la investigación que ha realizado la doctora Nora Volkow como la que ha financiado el instituto nacional de psiquiatría se encontraron todos los elementos que definen la adicción como una enfermedad tratable. Ahora la política pública debe reunir esta evidencia científica, compartirla con la población y convertirla en una convicción social.” (El cerebro adicto, 2015)
Bibliografía
delgado oliva, a. (2007). Desarrollo cerebral y asunción de riesgos durante la adolescencia. Sevilla, andalucia, españa.
Guerrero, m. V. (2015). El cerebro adicto. México.

1.- ¿Por qué has elegido este tema?
Este tema es de mi interés ya que al ser mi área la de psicología pretendo ir formándome en temas relacionados con la misma, por lo cual la lectura “el cerebro adicto” fue la de mi elección.
2.- ¿De dónde partiste para empezar a escribir?
Primeramente realice la lectura, posteriormente ya habiendo identificado los puntos principales me dispuse a redactar los mismos de forma que la información se sintetizaran y se explicaran de una manera fácil y sencilla los temas incluidos en el texto. Al finalizar hice una última lectura para identificar fallas en la redacción y puntos importantes.